sábado, 28 de agosto de 2010

¡CUIDADO CON LAS DIETAS!, SU SALUD PUEDE PELIGRAR!

Por Karina Galarza Vásquez

En el afán de perder peso en poco tiempo muchas personas recurren a dietas sumamente rigurosas y a consumir productos "mágicos" que, lejos de beneficiar la apariencia de la silueta, perjudican seriamente la salud, amén de que sólo se obtienen beneficios pasajeros.

Ante todo, es preciso recordar que alcanzar y conservar el peso idóneo se basa en sólidos y simples principios científicos, los cuales incluyen nutrición balanceada y práctica constante de ejercicio... no hay más. "El régimen alimenticio 'perfecto' es extremadamente sencillo, pues sólo debe incluir 50% de carbohidratos (harina, arroz y legumbres), 30% de grasas (aceites, soya, aceitunas y germen de maíz) y 20% de proteínas (lácteos, carnes y huevo), los cuales deben ingerirse en cinco comidas: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena", refiere en entrevista exclusiva para el Dr. Armando Dávalos Ibáñez, endocrinólogo.

Cabe destacar que la obsesión por reducir el peso corporal (así se trate de pocos kilos que se tengan de más), se asocia al continuo bombardeo del mensaje "ser delgado es sinónimo de atractivo" que aparece en distintos medios de comunicación, lo que ocasiona que muchas personas sientan que tienen "menor valor" y que son juzgadas sólo por su apariencia, no por cualidades como inteligencia, creatividad, simpatía o talento. "Debemos tener claro que cada individuo nace con cierto tipo de cuerpo (heredado), el cual corresponde a marco esquelético específico; así, tenemos tres tipos corporales: ectomorfo (es decir, muy delgado, como 'Don Quijote de la Mancha'), endomorfo (grueso como 'Sancho Panza') y mesomorfo (intermedio entre los anteriores); no obstante, conviene subrayar que el exceso de peso generalmente está relacionado con la forma de comer del individuo que lo padece", indicó el entrevistado, quien es especialista en Control de Peso.

Mitos y verdades

De acuerdo al Dr. Dávalos Ibáñez, cada individuo se incluye en categoría corporal específica, la cual es prácticamente imposible alterar con dietas y ejercicio. Sin embargo, mucha gente al ver los modelos (hombres y mujeres) que muestra la publicidad imaginan que sometiéndose a estrictas y peligrosas dietas, así como a intensa actividad física, podrán parecerse a ellos, especialmente si dichos personajes afirman falsamente que antes de cierto tratamiento tenían físico "común y corriente" y que la escultural silueta que ahora poseen se la deben a las "bondades y efectividad" de algún método para adelgazar.

"De todo esto florece un sistema dedicado a explotar la angustia, credulidad y constante búsqueda de soluciones fáciles para modificar la figura mediante regímenes supuestamente maravillosos y fáciles que 'sí funcionan' y permiten perder peso 'sin esfuerzo'. Estos engaños que difunden con frecuencia la radio, televisión y revistas femeninas (últimamente también aparecen en las masculinas), a menudo ostentan disfraz de seriedad científica que constituye auténtico atentado contra la salud, pero lamentablemente siguen exhibiéndose porque detrás de ellos se mueven poderosos intereses económicos", acota el Dr. Dávalos Ibáñez.

Dietas: de todos colores

Lo que se pretende al seguir cierto régimen es perder peso con rapidez, mismo que generalmente se recupera a igual velocidad y conlleva el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, elevación o disminución de la presión sanguínea y deficiencia vitamínica. De acuerdo al Dr. Dávalos Ibáñez, las dietas que muestran mayor peligro para la salud incluyen las siguientes variedades:

Cetogénicas. Consisten en ingerir grasas en exceso con el fin de "eliminar" las ya acumuladas, así como disminuir los carbohidratos, lo que favorece el estreñimiento; sin embargo, este régimen sólo consigue que el paciente pierda agua y masa muscular.

Disociadas. Impiden combinar o ingerir simultáneamente distintos tipos de alimentos, por lo que son difíciles de seguir, ya que nos hemos acostumbrados a comer un conjunto más o menos armónico de comestibles.

Hipocalóricas. Tienen como fundamento la aportación insuficiente de energía (carbohidratos y grasas), pudiendo producir alteraciones como cansancio, taquicardia (variación del ritmo cardiaco) e, incluso, daños al corazón.

Vegetariana. Excluye totalmente los alimentos de origen animal, por lo que puede causar deficiencias de hierro y proteínas.

Disparatadas. Se basan en el consumo de un solo alimento durante 2 ó 3 días a la semana, con la supuesta finalidad de desintoxicar al organismo y hacerle quemar grasa; incluye a las dietas de la toronja, arroz, limón y huevo, que dan lugar a diarrea y deshidratación.

"Ninguno de estos regímenes es efectivo, pues sólo generan pérdida de peso que en poco tiempo se recupera; por el contrario, al requerir el organismo nutrientes básicos suele ocasionar destrucción muscular tanto del hígado (ocurre particularmente con las cetógenicas) como de todo el cuerpo, diarrea intensa, deshidratación y desnutrición. Si se tiene la intención de bajar de peso es fundamental acudir al médico endocrinólogo o nutriólogo, quien valorará si realmente es necesario que el paciente pierda kilos; de ser así creará en éste conciencia sobre la forma correcta de alimentarse y ejercitarse. En ciertos casos llega a considerarse adecuada la prescripción de ciertos medicamentos de apoyo, de los cuales sólo hay dos aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (institución encargada de autorizar el uso de dichos productos), los cuales deben ser prescritos por el médico", puntualizó el especialista.

Si bien no existe ningún método para bajar de peso que garantice el éxito total, se ha demostrado que da mejores resultados modificar la conducta alimentaria y practicar ejercicio, basándose en el conocimiento real de los comestibles y el propio cuerpo.